El presente texto expone la posibilidad de que la OTAN extienda su radio hasta Asia Pacífico debido al interés e inestabilidad que la zona ha suscitado en los últimos años. El trabajo plantea la idea de expandir el número de aliados y superar la limitación geográfica de la Organización; llevar a cabo una reinvención de la misma. Varios países son víctimas de su vecindad geográfica y también abogan por alcanzar el Estado de bienestar y la democracia. Por ello, el trabajo concluye abriendo la posibilidad de integración a estos estados.

Todos los Estados europeos miembros de la OTAN prometieron asumir el gasto del 2%  de su PIB para contribuir al gasto común en defensa hacia 2024. Sin embargo, a dos años  de que acabe el plazo para efectuar esa promesa, solo 10 de los treinta países miembros  pueden alardear de haberla cumplido. La esencialidad de la Unión Europea en la alianza  militar es clara; la cooperación de la UE con la OTAN significa contribuir a la defensa  aliada. No obstante, a pesar de estas gratas afirmaciones, no ha sido hasta la invasión rusa  de Ucrania que varios países han “despertado de su letargo”. Esas promesas en gasto de  defensa aceleran dado al vacío militar de la Unión Europea, solo la OTAN sirve para  silenciar los ecos de las hipotéticas “Tropas o Fuerzas Armadas Europas”. Y es que esta  última idea puede ir cobrando fuerza entre los europeos ante la realidad del estatus Major  Non-NATO Ally. Porque si bien los estados miembros de la OTAN no asumirían competencias de defensa como las del artículo 5 por los MNNA, Estados Unidos ya les  garantiza proyectos e investigaciones en materia de equipación de defensa y munición entre otros.

Ahora bien, ¿sería posible plantear una reinvención de la OTAN en los próximos años? Algo así bautizado como NAPTO: (North Atlantic and Pacific Asia Treaty Organization).  Entre los principios que aparecen en el último Concepto Estratégico de la alianza, se  recoge “la gestión de crisis” y la garantía de una seguridad para los ciudadanos. También  se habla de evitar la “inestabilidad o conflicto fuera de las fronteras OTAN porque pueden  suponer una amenaza a la alianza”. Actualmente, aún podemos hablar de estados que no  asumen los valores democráticos ni sostienen la idea de que los derechos humanos son  universales e inalienables, entre ellos, figuran Afganistán con la vuelta al régimen  Talibán, Cuba, Corea del Norte, Myanmar, China (p. ej. la región del Tíbet) o Rusia dada  su invasión injustificada a Ucrania. Estos países conforman una amenaza para muchos  miembros del estatus MNNA, como Corea del Sur, Taiwán, Filipinas o Japón. Las ansias  imperialistas de algunos actores en el sistema resultan predecibles e incluso amenazantes para muchos otros tanto a nivel global como regional. Que las fronteras de la OTAN se  vean amenazadas supone un conflicto, y esto es algo que la Organización está decidida a  evitar. Por ello, el actual acercamiento de Estados Unidos hacia el Pacífico podría resultar  en una expansión de la OTAN hacia esta región para procurar la seguridad de estos países (que además cuentan con buenas relaciones con EE. UU.).

Uno pensaría que esto podría resultar en una división por bloques ideológicos, como si  retrocediésemos a la Guerra Fría. Pero no se trata de eso; si la historia ha demostrado la  efectividad del modelo democrático y la garantía de la seguridad del ciudadano a través de él, se debería impulsar una idea de protección o defensa para aquellos países que  escojan este modelo. No se trata de intimidar a otros Estados contrarios a estos valores,  sino garantizar que el derecho a escoger un modelo político, económico, social u  ideológico concreto pueda hacerse sin miedo. Este giro en la alianza podría ayudar a que  otros actores con tendencias expansionistas no normalicen la respuesta que ha dado Rusia  frente al posible ingreso de Ucrania en la OTAN. Además, esa supuesta ampliación de la  alianza no se debe ver como una imposición del modelo democrático a otros estados sin  su consentimiento. Simplemente sería una garantía de protección para aquellos estados  que se sientan coaccionados por su vecindad geográfica (p.ej. China y Taiwán). Aunque  en el estatus Major Non-NATO Allies hay países pertenecientes a América del Sur y la  idea podría alcanzar el continente africano, se debe ser precavido. La sugerencia del NAPTO debe ser asumida progresivamente. Su extensión inicial hacia Asia Pacífico es debido al cambio del panorama de la zona ya que actualmente varios países de la zona hablan de multilateralismo, cooperación y se inclinan por una actitud pacífica. Al  desaparecer la actitud de carácter ofensivo, solo quedan los verdaderos instigadores de  las tensiones expuestos en el sistema internacional. Si la fórmula resultase exitosa,  serviría para garantizar que estos países que deseen integrar los valores democráticos y  derechos humanos, pero se vean determinados por desconocimiento o su limitación geográfica, puedan hacerlo.