Actualmente las relaciones entre distintos países son la clave para el desarrollo y la evolución de todo el mundo. Sobre todo si estos son grandes potencias mundiales como lo son China y Estados Unidos, ya que esta relación no solo involucra a estos dos países, sino que involucran a todas las personas que vivimos en este planeta. Antes Estados Unidos tenía mucho más poder que China, pero en estos últimos años China ha conseguido alcanzar a las grandes potencias, como Rusia y en este caso Estados Unidos. Esta evolución tan drástica ha provocado que EEUU tenga miedo a lo que pueda causar China a partir de ahora, porque según la BBC, China desbancará a Estados Unidos como la mayor economía del mundo en 2028. Es verdad que la relación entre estos dos países siempre ha sido bastante delicada, porque cada movimiento que realizan es investigado por dichos países y más allá, pero eso no quita que haya que perder la esperanza en la cual ambos países se lleven bien. Se dice que estas potencias están envueltas en una nueva guerra fría y que esto supone una tragedia para la humanidad. Sin embargo, para mi hay varias razones por las que no existe una guerra fría entre estos países. Una de ellas es que China es competidora y no está por detrás de EEUU económicamente hablando. Otra de las razones es que es depresivo para los seres humanos denominarla guerra fría, ya que al llamarla así, nos recuerda a los tiempos trágicos vividos no hace muchos años atrás. Además, qué necesidad hay en llamarla guerra, como mucho se podría llamar competición entre los dos países. Estos dos no solo compiten en el entorno económico, sino que también luchan en cuanto a tecnología y armamento militar. No obstante, estos tienen un mismo objetivo: competir para tener más influencia en el mundo. Además de buscar apoyo en la Unión Europea, es decir, que no buscan una guerra entre ellos. Esta relación nació en 1972 cuando Estados Unidos y China tenían como objetivo acabar con la Unión Soviética, la URSS. Este gran acontecimiento lo consiguieron en 1991. Después de cumplirse su objetivo, Estados Unidos quería conseguir dinero e incluir a China en el sistema global. Sin embargo, China no paraba de evolucionar en tecnología y economía, y debido a estos sucesos EEUU empezó a tener miedo de que China le pudiera alcanzar. Aunque en mi opinión, China está haciendo lo que haría cualquier país en su posición, evolucionar todo lo posible. Lo que está claro es que ningún país confía en el otro y Estados Unidos no va a compartir nada con China ni viceversa, porque sino ambos lo utilizarían para atacarse entre sí. En resumen, que hay demasiados secretos entre los países y así es imposible asegurar la seguridad de nadie, ni llegar a un acuerdo entre ellos. Nuestra generación debe afrontar este reto sin miedo y con ganas, ya que si lo ignoramos el conflicto irá a peor. Por suerte, esta relación se puede ver desde distintos puntos de vista por lo que se pueden buscar distintas soluciones para él.

Una de ellas podría ser mediante la diplomacia. Para empezar ambos países tendrían que fomentar sus conversaciones entre sus altos mandos para así poder llegar a futuros acuerdos y reducir la desconfianza que hay entre ellos. Otro punto a tratar es la cooperación en temas globales, como el cambio climático, la seguridad cibernetica o la lucha contra el terrorismo, ya que estos aspectos afectan tanto a China como a Estados Unidos. Unir fuerzas en este tipo de problemas puede aumentar la confianza entre ellos. Otra solución podría ser reforzar algunos acuerdos internacionales que regulan las relaciones entre países, como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esto puede ayudar a prevenir conflictos y promover la estabilidad. Por último, también es importante mantener la relación comercial, es decir, trabajar para abordar desafíos comerciales de manera justa y transparente. Es verdad que es imposible que esto se lleve a cabo rápidamente, pero en algún momento habrá que empezar a actuar y para poder hacerlo bien, lo primordial será la paciencia. Así que los jóvenes somos la respuesta clave para ello.