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Joana Argemí Ribalta
Universidad de Barcelona / CEI International Affairs
MA Graduate Studies: Public Diplomacy and International Organizations
¿Estamos frente a una revolución militar tecnológica?: Hacia un nuevo paradigma de Seguridad Internacional
El nuevo formato tecnológico de la seguridad internacional ha puesto en el punto de mira la capacidad de los Estados de integrar nuevas armas digitales en su sistema militar. El presente artículo analiza algunos de los retos a los que países, como Estados Unidos, se enfrentan para ganar supremacía en la carrera tecnológica a la vez que ventaja estratégica frente a sus adversarios. El rol de los jóvenes como agentes de diseminación del nuevo paradigma de seguridad internacional, y de promoción de la responsabilidad compartida es fundamental para ayudar a los Estados a superar los desafíos que los acechan.
Nos encontramos frente a un nuevo escenario de seguridad internacional, en el que el Internet y los ciberataques se han convertido en los dominios más recurrentes para hacer la guerra, y los softwares y la información, en los mejores medios de defensa. Los nuevos paradigmas tecnológicos no solo han puesto sobre la mesa el papel de los combatientes y la lógica operacional de las Fuerzas Armadas, sino que también han desencadenado nuevos retos y realidades que exigen una recapacitación del sistema de defensa y seguridad de los Estados.
En un marco de interconectividad y transnacionalidad, la era de la digitalización hace necesaria la combinación deesfuerzos que traspasan las fronteras perceptibles hasta el momento, y los nuevos retos requieren de estrategias multidisciplinarias y transectoriales para ser afrontados. En este contexto, Estados Unidos lanzó en 2014 la tercera estrategia de compensación (‘third offset strategy’) con el objetivo de adaptar las nuevas tecnologías a los diferentesdominios de la seguridad (mercados financieros, infraestructuras eléctricas, sistemas sanitarios, redes de transporte, etc.). Sin embargo, la falta de un plan de acción de integración de las tecnologías en el sistema militar ha condenado esta estrategia al fracaso. Las tecnologías por sí solas no son la panacea para afrontar la guerra, y las Fuerzas Armadasestadounidenses se han visto incapacitadas de hacer un uso óptimo de ellas.
Para fortalecer el sistema de defensa de los Estados Unidos contra los nuevos ataques cibernéticos, la diversificación delas capacidades tecnológicas se antoja importante. La apertura de la revolución tecnológica a sectores civiles implica nuevas fuentes de Innovación y Desarrollo (I+D), las cuales pueden ser aprovechadas para mejorar los programas militares. La diversificación también conecta el sector militar tradicional con multinacionales como Google, Apple o Microsoft, que lideran la carrera tecnológica y ofrecen procesos de adquisición menos burocráticos y rígidos. De estemodo, las Fuerzas Armadas pueden adoptar las capacidades necesarias para transformar el potencial tecnológico del país en ventajas competitivas en el campo de batalla.
La capacitación de las Fuerzas Armadas estadounidenses debe ir de la mano de la interoperabilidad. Conseguirrespuestas más efectivas requiere de una coordinación estratégica fluida. Para ello, la transversalidad de la defensa esprioritaria. Esto supone conectar las diferentes dimensiones de defensa (terrestre, marítima, naval, aérea, espacial ycibernética); generar valor añadido de la tecnología en cada división para alinear sus capacidades militares hacia la revolución digital; integrar marcos de regulación ‘blanda’ que ofrezcan vías rápidas de cooperación e intercambio deinformación; y promover una gobernanza descentralizada que permita construir un enfoque sistémico de las operaciones y del combate.
Mantener la supremacía estratégica entonces depende de la integración de un concepto operativo multidimensional que asegure la diversificación de la revolución tecnológica y la armonía operacional de todos los dominios de seguridad.
Adoptar un sistema de innovación transversal comporta una gran oportunidad para los aliados estadounidenses, particularmente para la OTAN, la cual se caracteriza por ser una herramienta de coordinación de capacidades y recursos militares entre sus miembros. Este motor interoperativo facilita el intercambio de conocimientos tecnológicos, y el desarrollo y disuasión de doctrinas sistémicas. Frente a una OTAN debilitada dadas las grietas de gobernanza coordinada, de financiamiento y de cohesión operacional, la capacitación tecnológica de las Fuerzas Armadas estadounidenses puede ayudar a transferir nuevas tecnologías y habilidades operativas, y a mejorar el potencial estratégico de la organización.
La responsabilidad compartida: la mejor arma de combate
El papel de la tecnología en los campos de la seguridad y la defensa ha sido generalmente malinterpretado. Hay una brecha considerable entre cómo los Estados han adquirido nuevas tecnologías para ganar posiciones estratégicas en la carrera armamentística, y cómo deberían hacerlo para ganar efectividad operacional y operatividad militar. Y aquí es donde el papel de disuasión de las nuevas generaciones entra en acción.
La promoción de un nuevo concepto de seguridad transversal entre los más jóvenes es el primer paso. Los debates participativos son una herramienta necesaria para democratizar nuevas concepciones de defensa y seguridad, y formar sociedades con sentido crítico y una perspectiva sistémica. Si bien es cierto que los más jóvenes carecen de poder detransformación directa de la agenda, su capacidad de influencia y de movilización, especialmente a través de las Redes Sociales, les da un papel fundamental en la promoción de la responsabilidad compartida entre los diferentes sectores de la sociedad, y en la propagación de una perspectiva holística para prever soluciones tecnológicas a las amenazas actuales.
En 2020, el Secretario General de la ONU, António Guterres, dijo ante el Consejo de Seguridad: “Los jóvenes no sonsujetos a proteger, sino que deben ser vistos como (…) poderosos agentes de cambio”. Mi objetivo con este ensayo es dirigir la atención hacia esa dirección, y elevar el papel de las futuras generaciones en la búsqueda de un mundo más justo y seguro.